Ley de Murphy: Si algo puede salir mal...

No tenía intención de escribir otro post de vacaciones tan seguido (y menos sabiendo que aún tengo que contar la continuación del viaje a Cracovia), pero es que es vital poder desahogarme...
Debo decir que, con diferencia, este ha sido el viaje más desastroso que he hecho nunca.

Por motivo de semana santa, había pensado que sería muy buena idea hacer una mini escapada los tres.
Se trataba de coger coche a primera hora del domingo 1 de abril, plantarnos en Andorra, pasar el día en Naturlandia, comer y pasear, hacer noche allí y al día siguiente pasar el día en Caldea, una vez relajaditos, comer algo y a la tarde noche volver a casa. Hubiera sido breve, pero dos días completitos.

Pero como no puede ser de otra manera, las cosas no salen como uno quiere y si algo puede salir mal....

Amanece el domingo con nervios y con ganas de coger carretera, todo preparado: coche cargado, música lista y listos!

Sobre las 10.30  paramos a almorzar. Cuando vemos que se nos echa un poco la hora encima, decidimos ponernos en marcha.
Todos en sus puestos, cinturones atados y...el coche decide no arrancar.
Después de los sudores de la muerte, los nervios a flor de piel y los intentos de Alejandro para que  arrancara.... llamamos a la grúa.
Media hora después apareció el señor de la grúa quien amablemente nos explicó que el coche no tenía reparación in situ, así que nos quedábamos sin transporte. Como ya habíamos recorrido unos 150 kilómetros y el pack de Andorra ya estaba pagado y sin devolución (si, me gusta el riesgo y nunca contrato seguro), decidimos buscar la manera de llegar a nuestro destino, porque total...

El señor de la grúa, se marchó con nuestro coche y volvió con su taxi (si, monipoliza todas las profesiones), y nos hizo el favor de llevarnos a Oliana, desde donde salía, según nos dijo, un autobús hacia Andorra.

Una vez en el pueblo, en lo que debía ser su plaza mayor, llamamos a la compañía de autobuses (un 902 evidentemente) y a parte de confirmarnos que era el lugar correcto, nos vendió los billetes, ya que por lo visto, no se podían comprar en el vehículo.

28 euros después, nos dice que el único bus que hace ese recorrido, pasará a las 17.45 de la tarde. ¿Perdona? Son las 12! Como es de género inútil pelear con el pobre desgraciado que le ha tocado trabajar un domingo en el call center, nos armamos de paciencia.
Quiero recalcar que no había nada, una plaza, muchos bancos y sol. Así que.... eso es lo que estuvimos haciendo.
Llegada la hora y habiendo comido en un bar cercano, llega el ansiado bus, que nos pide la identificación, (DNI para los dos adultos, libro de familia para el menor).
Vale, inciso...... tengo que decir que no tengo el libro de familia del niño, tengo DNI pero por lo visto no es suficiente,  así que ponte en situación... después del periplo para conseguir llegar hasta ese punto, ahí no nos íbamos a quedar, así que nos hicimos los suecos, le dimos los tres documentos de identidad y rezamos a la virgencita del Carmen para que colara.
Y coló, pero el bus nos llevó a la Seu d'Urgell. Allí tuvimos que bajarnos del autocar y nuevamente subir en otro, que gracias a Dios no nos pidió documentación.

Una hora después pasamos la frontera con el culo bien apretado y respiramos aire fresco al bajarnos en la estación.
Como el viaje lo íbamos a hacer en coche, cogimos el hotel a 15 kilómetros de Andorra, que con vehículo, no es nada, apenas unas canciones o un par de rondas al veo veo, pero claro...
Eso supuso coger ooootro autobús hasta Ordino, allí bajarnos y coger otro hasta Serrat, que es dónde estábamos alojados.

Solamente mentar, que llegamos al hotel en vez de a las 11.30 de la mañana... a las 22 de la noche.
Así que esa noche, morimos, ni nos atrevimos a movernos de la habitación por miedo a que fuera a desaparecer.

Vistas desde el comedor: NIUNIT HOTEL ORDINO

Al día siguiente tuve que guerrear un poquito por teléfono, me propuse darle pena a todo el mundo e intentar salvar las vacaciones.
Conseguí que la aventura de Naturlandia no estuviera perdida y nos la dejaran hacer ese día, y Caldea que me lo cambiaran de ese, al siguiente, así que... todos contentos!!
Con la boca pequeña diré, que a esa gran victoria, hay que sumar la cantidad desorbitada de autobuses que tuvimos que ir cogiendo y el taxi hasta Naturlandia, amén de los ratos perdidos entre esperas y demás, pero oye...



Hay otro frase muy conocida que dice: Podría haber sido peor

Gastamos mas dinero de la cuenta, mas tiempo del deseado y más energías de las que teníamos, pero pasamos dos días juntos los tres, entre risas y nervios, pero bien aprovechados, así que....
El que no se consuela es porque no quiere.