El día del reparto

Creo firmemente que el día en el  que se repartieron las habilidades y  destrezas varias, o me había quedado dormida o estaría empanada, pero no fui.
A día de hoy pienso que tengo muchas cualidades, y también muchos defectos.

No me creo ni mejor ni peor que hace unos años a nivel emocional.

Pero en cuanto a habilidades.......

Hay unos que tienen un don. Hay otros que tienen maña y con perseverancia hacen maravillas. Hay unos terceros que se ponen poco pero con ganas y les salen cosas curiosas, y luego estoy yo.

No se me dan nada bien las manualidades, pero cuando digo nada, es nada.

Lo de cortar por la linea de puntos nunca ha sido mi fuerte. Antaño podía echarle la culpa a ser zurda alegando que las tijeras eran un objeto de Satanás solo para los diestros.

Con el paso de los años, mi estrategia se ha echado a perder con la cantidad de productos que hay para nosotros.

Cortar descartado.

El dibujo abstracto no es una técnica. Es alguien como yo que le ha sabido sacar partido. Nunca y digo nunca, se me ha dado bien dibujar, !pero si hasta hay elefantes que pintan con la trompa, y lo hacen mejor que yo!

Dibujar descartado.

Ahora nos vamos a trasladar en el tiempo al lunes pasado.....

Se me había soltado una tira de las sandalias mientras estaba en el trabajo. Tenía un bote de pegamento y varias horas de trabajo por delante. Así que la solución más fácil y práctica era pegarla y listos.

El arma del crimen

Pues no, no tan fácil. Quité el tapón del pegamento y me dispuse a pegar la dichosa tira. Con tan buena suerte de que a parte del tapón, se había quitado el aplicador, así que me eché un montón de pegamento entre la planta del pie y la sandalia.

Cuando me di cuenta (no te creas que fue al momento, no) básicamente noté que se me estaba pegando el pie al zapato y presa del pánico intenté quitar el pegamento con las manos para no apoyar el pie en el suelo con el calzado.

Evidentemente, la idea no fue muy buena.

Estuve un buen rato tentada de ir a robar un banco ya que no tenía huellas dactilares, y creo que podría haber ido a correr una maratón descalza con la super suela que se me creó.

Resumiendo:

Manualidades descartadas.

Eso si.... he aprendido gracias al Sr. Google que si pones un poco de agua y bastante sal en un recipiente y frotas la zona pegada, se deshace el pegamento.

Nos conformaremos con lo de "No hay mal que por bien no venga" ¿no?

Eso si, lejos lejos de cualquier material pegajoso!!