Bicho malo, nunca muere

Te estarás preguntando porque he escogido este título para el post sacado del gran Refranero Español.
Pues bien, te cuento, es porque estoy malita.
No se si te habrás dado cuenta de que he estado un poco desaparecida. Te cuento.
El día 30 de julio fue mi cumpleaños, y me sentía estupendamente bien. Con mi trabajo, con mi gente y con mi salud. Tanto que yo que no soy de publicar muchas fotos mías, subí una a Instagram diciendo que me iba a comer el mundo. (En la página principal del blog tienes un enlace a mi instagram)
Pues bien, lo que me he comido es un mojón, ya que llevo desde el día 1 malita.
Los días 1 y 2 los pasé con fiebres muy altas, a más de 39, sin ninguna otra dolencia en particular.
El día 3 por la mañana empecé a tener calambres en el bajo vientre. (¡Joder como dolían!) Tuve que irme del trabajo sobre las cinco de la tarde por los dolores. Bueno, más bien por la insistencia de Natalia, mi flor hippie.

Por no estrangularla (en el fondo se lo agradezco) me dejé llevar a urgencias, y allí empezó el cachondeo.

Como bien sabes, primero hay que pasar un triaje. Y si no vas con los higadillos en las manos, casi que te tienes que empadronar allí .
A mi ya me había bajado la fiebre bastante, así que estaba a 38 de fiebre y afirmaba tener unos calambres que la enfermera no podía ver.
Después de decirme que eso no era fiebre.. .. estuve allí bastantes horas.

Pasadas esas horas, por fin me llaman, me hacen analítica de sangre y de orina y me enchufan un calmante (el primero de los muchos que fueron llegando a mi organismo uno detrás de otro)

Para no aburrirte con mi historia te diré, que decidieron hacerme una eco, me pasaron a una sala común y allí estuvimos, unos cuantos riendo, otros quejándose.

Las horas pasaban y a mi no me llevaba nadie a ninguna parte. Una muchacha a mi lado llevaba como 12 horas allí y por fin vinieron a buscarla para hacerle una eco.
Cuando vuelve, viene la doctora y le dice que le da el alta que la analítica ha salido bien, y la conversación que mantienen es la siguiente:
- (paciente) y la eco?
- (doctora) que eco?
- (paciente) la que me acabais de hacer
- (doctora) nooooo , si no te hemos hecho ninguna
- (paciente) claro que si, hace un rato
- (doctora)..........
Levanta la cabeza, me mira, la mira. ..
-(doctora)  ¿como te llamas?
- (paciente) Alba
- (doctora).... pues... no era para ti.

Evidentemente era la eco que yo, Alma, estaba esperando.

Una vez realizada la prueba y enchufado un segundo calmante, me dejan ingresada para tenerme en observación ya que tengo una adenitis.
La explicación de la doctora es:
Cuando tienes apendicitis es porque se te inflama el apéndice, si te se inflama está otra parte del intestino, es adenitis. Mismo cuadro clínico y mismos dolores que con la apendicitis. Repetida la prueba al día siguiente y confirmado el diagnóstico, calmantes a tutiplén.
Resumiendo..... que llevo de baja desde entonces, con bastantes dolores y muerta de asco en casa. No se me da bien no hacer nada. Los días se me hacen eternos y Netflix me aburre más de lo que creía.
Ayer fui al médico con la esperanza de que me diera el alta y la tía aún se está descojonando de mí.

Así que... en resumidas cuentas.... He estado desaparecida, pero como ahora ya me encuentro algo mejor, vuelvo a dar por saco.
Así que como puedes ver, no he empezado los 35 de la mejor de las maneras. Menos mal que sólo serán unos días y en breve podré seguir dando por saco con todas las cosas que tengo en mente.
Te iré contando, si mi locura (y salud) me dejan.