Aunque parezca mentira

El título del post de hoy no es una estrofa de una canción de "Las ketchup".
Es ni más ni menos el reconocimiento de que por fin, el seguro ¡ha hecho las obras en mi casa!
Si no recuerdas que pasó, te dejo la odisea que vivimos en casa en abril. Y también el recordatorio de que en junio todo seguía igual.

Pues bien, en esta última semanita han conseguido darle un buen repaso a mi casa. Bueno, a mi casa y a mi cartera, porque huelga decir que pese a que el seguro me cambiaba el suelo y las puertas.... hay partes de estas últimas que no entraban en el siniestro, y claro....  de momento hay que desembolsar 450€ de batientes, manetas y condena de puertas y sobretodo mirilla de la puerta de la calle, que pese a vivir en cuarto piso y no pasar nunca nada, soy muy chafardera y necesito poder asomarme a ver que ocurre en el exterior.

Así que ahora mismo me encuentro buscando pintor, porque yo fui de las locas que pintó la casa de mil colores cuando se puso de moda, y hoy por hoy, a parte de estar hasta el moño de esos colores, con el suelo que me han puesto, pega unas lindas y pulcras paredes blancas.

Evidentemente eso no tiene nada que ver con el seguro (que como presupuesto personal, quieren pintarme unos 40 metros cuadrados por el módico precio de 700 € , ¡ahí es nada!)

Así que mientras me paso el día cagándome en todo  digo..... aspirando y barriendo felizmente las toneladas de serrín de mis nuevas y lindas puertas, voy haciendo balance de si ha salido a cuenta tener hidroescobillero.

Por un lado:

• Las anteriores puertas no cerraban
• Eran unas puertas de fullola del año de la kika
• Estaba ya harta del suelo blanco (aunque en su día me encantó)
• El nuevo suelo ¡es precioso!

Pero por el otro:

• Hay que desembolsar muuuucho dinero de golpe
• ¿He dicho ya que va a costar mucho dinero de golpe?
• Hay serrín y virutas de madera para reconstruir el caballo de Troya de nuevo
• Cada pequeño objeto hay que limpiarlo individualmente porque está lleno de polvo y me lleva mucho tiempo.
• Evidentemente cuando empiezas por un lado y terminas  por otro.... el primero vuelve a tener polvo de serrín.

Así que he llegado a una conclusión. La parte negativa, es cuestión de tiempo y dinero. Con el tiempo ese dinero se repondrá y la casa estará preciosa.

Dado que en este país lo de vender órganos no está bien visto y de que yo pierdo más desnuda que con ropa y de ahí no saco ni para la pintura.... lo tomaremos con filosofía y buen humor y haré como he hecho hasta ahora todo.

Pasito a paso. 

Ahora queda cruzar los dedos, y poner una velita a algún santo (Ya no se quien hace que), para que el seguro me indemnice los muebles siniestrados y no tengamos de momento que pagarlo de nuestros bolsillos.