Venga, ya estoy aquí con la primera leyenda.
Esta nos la han contando en Praga, en nuestro viaje de la semana pasada (del que ya te hablaré).
La historia que nos contó el guía del tour, se me quedó grabada en la memoria.
Me pongo a ello.
Nuestra historia se sitúa evidentemente en la República Checa, alrededor de 1389, cuando el rey Wenceslao de Luxemburgo contrajo segundas nupcias con la bella Sofía de Baviera.
Cuentan las malas lenguas, que aquí nuestro amigo Wenceslao (Wences para los amigos) moría de celos cada vez que Sofía desaparecía de su vista. Y es que pasados unos años de matrimonio, Sofía no engendraba hijo alguno.
Su marido empezó a recelar y sospechar de que su esposa le era infiel, no sabemos si por el carácter de él o los 15 años que tenían de diferencia.
El caso, como no quería levantar la perdiz ni crear ningún escándalo, decidió ir hablar con el confesor de su mujer, Juan Nepomuceno.
Tal era la obsesión por conocer esa supuesta verdad, que amenazó al pobre hombre con torturarlo si no le contaba los más oscuros secretos de su esposa.
Obviamente, Juan Nepomuceno, se acogió al secreto de confesión y le dijo que "verde las han segao" y que no le iba a contar nada de nada.
Como un rey es rey y tiene que mantener la palabra, lo torturaron durante días.
Cuando se encontraba al filo de la muerte, agotado por tanta paliza y golpe, el rey le dio un ultimatum, o le cuenta lo que sabe de la reina, o muere.
Juan Nepomuceno, al verse entre la espada y la pared, le dijo que no podía traicionar el secreto de confesión nuevamente, pero viendo la cara de loco que se le estaba poniendo al rey, le dijo que lo que haría es sentarse en la calle y contarle el secreto a la primera alma pura que cruzase, a lo que Wences accedió.
Allí que se encontraba nuestro apaleado amigo, cuando se cruzó la primera alma pura, que no era ni más ni menos que un perro.
Sí, un perro, has leído bien, así que la leyenda cuenta, que el confesor, se acercó a este y le relató todo lo que quiso a la oreja del can, habiendo cumplido su palabra y quedando los secretos de la reina a salvo.
Tal fue la mala hostia que se le puso al rey, que lo mataron y lo lanzaron al río Moldava.
A las semanas, su cuerpo fue rescatado del río por unas mujeres, que limpiaron lo que quedaba de él para darle sepultura.
Según se dice, cuando se abrió su tumba en 1719, la lengua del confesor estaba incorrupta debido a que nunca desveló los secretos de la reina.
Hoy en día, en el puerte Carlos de Praga, está la estatua de Juan Nepumuceno (conmemora el lugar exacto en donde lo arrojaron al río) Debajo de ella, se encuentras los dos grabados de Juan y el perro, que son los que debes tocar si tienes intención de volver a Praga.
Esta es la leyenda, la parte histórica cuenta que Juan, estaba implicado en un conflicto con el rey sobre robos a iglesias y otros problemas políticos.
Yo personalmente, me quedo la leyenda.
Ya me lo imagino, con las últimas fuerzas que le quedaban, arrimado al perro y pensando: jijij Wences, verás que vacilada.
¡Me vas a decir que no era cachondo el tío!
Yo también me quedo con la leyenda. Es preciosa. Besos
ResponderEliminarComo poco, original.
Eliminarya en esa época se vacilaban los unos a ,os otros, porque contárselo al perro....
Muaa
Muy bonita la leyenda, y muy de fiar Nepumuceno.Igual que ahora, que seguro que al segundo golpe lo cascarian todo
ResponderEliminarAl segundo dice!!!!
EliminarYo según los veo venir les cuento lo que quieran jajajaja
Muackis!
Linda leyenda.. y ese perro con el toque de la gente con el correr de los años parece que tuviera algo angelical, no?
ResponderEliminarMe encantan estos relatos..
Lo de que en las esculturas o estatuas se vea el bronce brillante pasa en muchas partes.
EliminarEn Florencia por ejemplo está "el porcellino" y si tocas su hocico te da suerte, así que imagina lo que brilla! jajajaja
Un beso!
Desde luego un perro es un alma pura. Un beso
ResponderEliminarPues sí, y más si lo comparas con depende que personas.
EliminarUn beso
pero al final me arruinaste la historia casi romántica con hechos de corrupción! jaja... siempre igual, hasta en el pasado...
ResponderEliminarme gustó la leyenda, saludos...
Noooo, yo no arruino! es que veo que por la red es mucho mas extendida la versión del robo, porque si lo dice Wikipedia....
EliminarPero a mi me gustó tanto la otra, que prefiero que perdure
Un abrazo!
Menudo guía, me encanta encontrarme con historias y leyendas de los lugares a los que visito.
ResponderEliminarA mí también, es lo que más me gusta de cada viaje que hago.
EliminarUn abrazo!
La leyendas son tan reales como querramos nosotros. Muy bonita esta sin duda.
ResponderEliminarUn saludo
Bonita como tal, no se, pero cuanto menos curiosa, porque hoy en día... no creo que nadie se lleve un secreto como ese a la tumba a cambio de palizas. Y lo del perro ya, ni te cuento.
EliminarUn abrazo!
Vaya mala suerte que justo pasase un perro. Mala suerte para el rey claro.
ResponderEliminarMe encantan este tipo de leyendas.
Besos
Yo creo que el cura le echó todo el morro que pudo. Imagina la escena, ridícula lo es un rato, vaya morro que le echó Juan!!
EliminarUn beso
¡Hola!
ResponderEliminarAinnnns me encanta escuchar estas cosas cunado viajo. Yo me quedo con la leyenda, por supuesto.
Feliz semana.
Verdad que sí??
EliminarTotal, para corrupciones y robos ya tenemos el día a día.
Un beso muy grande
Me hubiese gustado saber esta leyenda cuando estuve allí. Y pasé por el puente. Seguramente sin enterarme de que podía saludar a una de las pocas personas que te pueden guardar un secreto y hasta evitar contarte spoilers. Qué grande Nepomucemo. El de leyenda, claro. El real... pues eso, demasiado real. Saludos
ResponderEliminarLa verdad es que a la vuelta del viaje, busqué esta leyenda y me costó dar con ella tal y como me la habían contado.
EliminarLos robos y conflictos con el rey en cambio..... salen por todas partes.
Un abrazo!
Me quedo también con la leyenda! Maravillosa...
ResponderEliminarBesotes!!!
Me imagino a Juan Nepomuceno de rodillas con la oreja del perro en lo alto mientras le susurra y el perro alucinando en colores jajajaja
EliminarLo bueno es que todas las ciudades tienen historias de este tipo y eso me encanta.
Muuuuaaaa
Me ha gustado la leyenda sea como sea. Soy muy lectora de todas esas cosas que han pasado antaño o simple mete han sido inventadas.
ResponderEliminar¿Tocaste al perro?.
Un besito guapetona.
Pues mira, no, no lo toqué, porque me defraudó un poco la ciudad. Ya te contaré pero llevaba otras expectativas.
EliminarY pensé.... con la de lugares que hay para descubrir, porque repetir??
(y mira me ha salido un pareado y todo) jajajaja
Un beso muy grande!
intersante
ResponderEliminarLa verdad es que sí.
EliminarMe encanta que me cuenten estas historias en los viajes :-)
Jajajajaja pobre cura, pero que chispa jjajaja
ResponderEliminarya te digo!! contar secretos no cuenta, pero quedarse con la gente.... jajajajaja
EliminarYo también me quedo con la leyenda. Esto pasa ahora y si no es en una revista del cuore el rey se entera en redes sociales o cotilleando el móvil de su esposita ja ja ja Es lo que tiene nacer en la época equivocada
ResponderEliminar¡Besos mil!
Totalmente de acuerdo.
EliminarA veces echo en falta la discreción de la ignorancia. Pero se me pasa muuuuu rápido, no te creas jajajaja
Muaa