Muerte y destrucción

Por las mañanas me levanto animada y despejada.
Soy un dechado de sonrisas y conversaciones.
Pero hay un par de cosas que hace que salgan de mis adentros las ganas irrefrenables de clavarle a la gente un boli bic en la frente y huir haciendo la croqueta.
Sí me paro a pensarlo, quizás demasiadas.
Entre ellas... las que suceden en el autobús. (menos mal que supuestamente me queda poco).

• Cuando te subes al autobús que va llenito como sardinas en lata y te encuentras a alguien sentado en el lado del pasillo, con su maleta/mochila/bolso en el asiento de al lado y disimulando haciendo como que lee o mira algo en el móvil. ¿no estás viendo que quedan tropecientas personas por subir?¿crees que no te voy a decir que quites tu mochila de ahí? Suerte tienes que con mi metro y medio no llego a las ventanillas, sino, verías volar tu mochila a tomar por saco.
• Cuando se da por hecho que toda persona mayor que tú, tiene derecho a quitarte el sitio. A ver, especifico: yo siempre cedo mi asiento a la gente mayor, pero me da rabia cuando llevo 12 horas fuera de mi casa por trabajo y cuando intento volver a ella, se te acerca una señora de unos cincuenta y pocos con un "tonito" nada amable, diciendo: "A ver nena, me vas a dejar tu sitio o qué?" y sí, prometo que pasa, que le echan ese morro.

• Otro motivo para volverme loca, ya lo comenté aquí una vez, es la gente que se sienta a tu lado e invade tu espacio. Se te medio sienta encima, te da un codazo en la teta, te echa medio bolso encima, y por supuesto todo esto sin disculparse y mirando la lontananza. !Señora! ¡no disimule! ¡si no ve un pijo más allá de su nariz! No se haga la sueca y al menos discúlpese. pero no, ahí vas tú sentada, con media señora encima, dándole toques suavemente para que se de por aludida, pero no, eso no pasa. Al final, como es obvio, le acabas diciendo algo y claro... luego la juventud somos unos maleducados....
• Ainssss hablando de juventud..... Otros a la lista que van. Esos chavales de edad incierta (¿soy a la única que le pasa que ya no distingo las edades comprendidas entre los 16 y los 23? me parecen todos iguales) que escuchan trap o reggaeton o lo que sea y pese a que llevan unos móviles más caros que todo lo que llevas puesto tú, no tienen dinero para unos auriculares. Pobrecitos, habría que recaudar dinero para ellos, o para alguien que les vaya repartiendo mamporros (aún no lo he decidido).
• Y por último, algo que no se si pasa en todas partes, pero al menos aquí en Cataluña sí. La cola para subir en el bus. De verdad que no había visto semejante guerra para subir en un autobús hasta que vinimos a vivir aquí. Eso no es una cola, son los juegos del hambre. En mi tierra, en San Sebastián, el que llega primero, sube primero y el que va rezagado, pues cuando le toque. Hay filas perfectas, ya sea en fila india, o laterales porque hay que resguardarse de la lluvia. Y prueba de colarte que te comen. ¡Como debe de ser! Aquí no, en el momento que se abren las puertas del autobús, la gente se empieza a apiñar como si no existiese un mañana, y claro, depués de semejante atropello y masa de gente empujando por subir.... como para tener que lidiar con alguno de los demás puntos de este post.

Así que... ¿es o no es como para plantearse el engancharlos de los pelos y zarandearlos un ratito? Solución no se si será, pero oye, lo mismo me devuelve la sonrisa matutina.