En la profundidad de Cracovia (3ª parte)

Hace tiempo que tenía pendiente esta entrada.
Si llevas conmigo desde el inicio (apenas 6 meses, no vayas a creer que más), recordarás que en febrero hice un viaje que me encantó.
Si no estabas aún o ahora no te suena, te recuerdo lo que nos costó llegar aquí y las primeras impresiones aquí.
Una vez dicho esto.....

Tengo que comentar porqué he tardado taaaanto en escribir al respecto. Y es que por primera vez en mi vida, al hacer el viaje, iba con una libretita apuntando las chorradas porque ya tenía en mente hacer este blog, pero como soy un desastre y no tengo remedio.... la he perdido.
Bueno no, no la he perdido... la he guardado tan bien que no se donde está.

Así que tiraremos de memoria.....

Al día siguiente tocaba más frío, evidentemente.
La mañana la pasamos de caminatas, (resta decir que cada vez que vamos de viaje, Alejandro y yo nos hacemos toooodos los kilómetros del planeta). Mira que vamos a países desarrollados, con sus metros perfectamente coordinados y autobuses y demás, pues no, nos da por caminar hasta los confines de la tierra.
En fin, que fuimos a ver un cementerio ortodoxo. A mi me impresiona mucho esta tierra. Consigue erizarme la piel por la historia que hay detrás. También fuimos a Wawel, a ver al mítico dragón que escupe fuego (que siento decir que no me pareció gran cosa). Si tienes curiosidad , aquí te dejo la leyenda de la mano de "mundo primaria". Pero la estatua en sí, escupía un poquito de fuego cada x minutos.
Lo que si me pareció impresionante es una de las cúpulas que tiene el castillo que es de oro.

El siguiente destino eran las minas de sal de Wieliczka. Aquí es cuando me apedrea la gente.
Según Google, alcanza una profundidad de 327 metros y su longitud unos 300 km. Pues bien, alucinante será, no digo que no, pero.... a mi me es indiferente que estén talladas las paredes en sal que en mármol. El mérito me parece el mismo. Y anduvimos mucho para ver unas cuevas de paredes lisas. La guía, no paraba de invitarnos a darle un lametón a la pared para probar que era sal. Chica!!!! la de lenguas que habrán pasado por el mismo punto. ¿es necesario? ¡Ya sé a que sabe la sal!
Si buscas en internet, hay fotos alucinantes que no vas a hacer ni en 100 años tú con tu cámara ya que siendo cueva no hay apenas luz y ya se cuidan mucho de que no te salgan bien para que compres la postal. Eso si.... !que sepas que te hacen pagar 5€ en la puerta para obtener un permiso si vas a hacer fotografías dentro!

Lo más curioso fue, que después de caminar y descender casi hasta el infierno.... la manera de subir es en un pequeño ascensor en el que tienes que hacer una cola de una hora aproximada.
El ascensor, que es una caja de madera mas vieja que la tos, tenía una capacidad quizás para unas 4 personas con derecho a roce.
Pues bien, no miento si os digo, que nos metieron como a unas 10. Apiñadas. Nos apretaron como en los metros de Japón. Y a parte de no saber donde tenías nada y de quién era la extremidad que se apretaba junto a ti, tengo que recalcar que a nosotros nos tocó subir con unos músicos ( y sus instrumentos) y con unos señores vestidos de elfos extraños (juro que los veíamos todos y que no era cosa mía ehh).
Menos mal que el trayecto era corto. Evidentemente después de esas caminatas, y esos sudores por conseguir volver del inframundo....tocaba llenar el buche.

Ñam Ñam!

Cementerio ortodoxo

Bajando a las minas Wieliczka

Pollo con una salsa mmmmmmm

Te dejo un par de fotos de este día.

Ya solo quedará el último y para mí, mejor de todos, que evidentemente es Auschwitz. Eso sí.... prometo no tardar un siglo en subirlo.