Y llegó la rutina

Pues sí, todo el mundo está hablando de la vuelta al cole y evidentemente, yo no voy a ser menos.
Pero creo que voy a ir un poco a contracorriente (para no perder la costumbre...)
Hoy es el primer día. El día en el que las madres se arremolinan en la puerta del colegio, azarosas y casi más escandalosas que los propios niños.
Madres que agitan sus brazos como si no existiera un mañana, en las que se despiden de sus retoños como si se marcharan al frente a combatir.
Madres que se debaten entre, querer que sus hijos entren en clase sin mirar atrás, para poder fardar de lo estoico que ha entrado su príncipe al mundo de los adultos, o que lloren para poder convencerte de que ese príncipe te necesita a cada momento, que no vive sin ti, que su vida está vacía cuando no estás y que echará un mar de lágrimas en tu ausencia.

Pero seamos realistas......
Lo que no quieren es madrugar, tener que estudiar, obedecer a otra persona que no seas tú (a la cual le tienen que hacer más caso del que te hace a ti, claro está).
Si les ofrecen ir todo el curso escolar a un parque de atracciones, cine, circo o bolera..... veremos las lágrimas que derraman por ese amor incondicional.

Así que para montar estos saraos... soy un desastre.
Con decirte que anoche, a las diez de la noche como mínimo, saqué el material de colegio que habíamos comprado de la bolsa en la que nos lo vendieron, para meterlo en la mochila de Nathan una vez quitadas etiquetas y demás.
Y es que yo soy muy adepta a hacer las cosas en el último momento.


 Podría decirte que a la próxima lo haré antes, que pienso organizarme mejor otro año, que lo tendré todo listo una semana antes mínimo.
Pero para que nos vamos a engañar..... no va a pasar.

Yo funciono a la carrera, con el "corre corre" y con prisa. Y debo decir que soy animal de costumbres, así que... ¿para que forzar las cosas?.

Así que esta mañana nos hemos levantado sin más, sin prisa pero sin pausa. Sabiendo que empieza la rutina, y a diferencia de otras madres, para mi no es un descanso.
Hemos llegado al colegio y cuando ha visto el edificio por el que entraban sus compañeros, se ha ido a la voz de "ah, mira están entrado, hasta luego".
Así que después de exigirle con un "oye, pero dame un beso y tira", eso ha hecho.
Se ha ido, se ha alejado de mi, no han habido lágrimas, ni lloros, ni pataletas, aunque a decir verdad..... hubiera quedado un poco raro a su edad ya.
Tampoco he esperado a verlo entrar, a ver como se aleja de mi lado, a despedirme pañuelo en mano agitándolo cual barco zarpando.

Con lo cual, ya está. Queda inaugurada la temporada de los madrugones, de los "vete a la cama ya, que vas a cobrar", de los "ponte a hacer los deberes de una vez" y de los "estudia ya que mañana hay examen". Con lo bien que se estaba en verano.......

Ahora empiezan los horarios locos. Nathan empieza la ESO, así que entrará a las 8. Horario que se va a dar de bofetadas con el mío laboral, así que veremos como hacemos, pero oye... ya me preocuparé cuando llegue.