Cuando el grajo vuela bajo

Frío, hace mucho frío.
En estos días todos hablan de lo mismo.
Que si ola siberiana, que si frío glacial......
¿De verdad no te has dado cuenta de que estamos en enero? ¿Pensabas que ibas a ir en manga corta hasta que llegue abril de nuevo?

Y es que en invierno siempre encuentras a quien muriendo de frío te dice:
- Es que yo, prefiero el calor.
Pero luego se pasan todo el verano diciendo:
- Puto sol, joder que me derrito.
Entonces, ¿en que quedamos?

Bueno, somos quejicas por naturaleza, yo la primera, pero puestos a elegir, prefiero el frío, sin pensarlo.

Porque en verano paso mucha calor, y muero y hago querer morir a los demás.

Y en invierno, pues sí, es obvio, tengo frío, pero soy taaaaaaan feliz con mi bolsa de agua caliente por toda la casa como si fuese mi bisabuela....
En cuanto entro en casa, sin soltar bolso ni nada, enciendo la vitro y pongo agua a calentar en un cazo, y en el momento que tengo la bolsa... mi mundo cambia.
No puedo evitarlo, me voy a la cama con mi bolsa tan caliente en mis piececillos (sí, piececillos, porque para eso calzo un 35 y medio, ¿vale?), pues eso, tan caliente que se me achicharran los dedos y tengo que ir moviendo las piernas todo el tiempo al no ser que quiera cocerme en mi jugo, que dadas las circunstancias... no creas tú que me importa mucho.


Fíjate si soy fan de las bolsas de agua caliente, que ya me he quemado con dos y no aprendo la lección oye! y con ellas sigo.

La primera vez, fue todo un show, estaba yo echando el agua con su embudo (muy moderno todo) cuando el embudo se llenó. y he aquí que os voy a enseñar algo importante para recordar en vuestra vida....

Nota mental: Si echas un líquido (en este caso agua hirviendo) con un embudo y el embudo se llena, debes dejar de echar, porque en el momento que se desborde, ¡te quemas mongola!
Nota mental 2: si aun con esas, no dejas de echar agua porque eres así de guay, !suelta la bolsa mujer! eso de seguir echando mientras el agua haciendo burbujas aún cae en cascada por tu mano... pues agradable en sí, pues no es.
Así estuve, más de un mes con una ampolla enooorme en toda la mano.

La segunda vez, no fue culpa mía: Estaba en el sofá viendo la tele, sentada a lo indio y con la bolsa en el abdomen y la bolsa decidió que la vida era algo más que eso y explotó.
No te creerás lo veloz que puede ser el ser humano en destaparse de la super manta de invierno del sofá y ponerse en pie en un nanosegundo.

Esta vez mi cuerpo no se resintió. No puedo decir lo mismo del sofá, que sufrió los daños colaterales del accidente al provocarle cierta persona (no fui yo) un boquete (junto con su humo y llamita correspondiente) con el secador del pelo al intentar secarlo.
Sí Alejandro, sabías que lo acabaría mencionando.

Eso sí, debo decir, que la vida continua. Me compré otra bolsa, las quemaduras sanaron, y tenemos un pedazo de sofá nuevo que quita el hipo.

Hay que ver la parte positiva ¿no?

Y tú ¿eres de los que van medio en pelotas en verano porque te derrites? ¿mueres de frío a la mínima brisa? ¿tienes una batamanta de la que no te separas?Cuenta cuenta!