Llegaré donde llegue

¡Tienes que ganar!, ¡Sé el primero!, ¡No llores, hombre!, ¡Destaca!...

¿Cuantas veces a lo largo de tu vida has oído estas frases? y por otro lado, ¿como te has sentido cuando no lo has conseguido?.
Vivimos en un mundo en el que tienes que ser el mejor, el más rápido, el más fuerte, el más valiente.
Y eso en parte está bien, hay que tener un objetivo, querer superarse, intentar ser el mejor, pero ¿y si no lo eres?

Por desgracia, para eso ya no estamos preparados. Existe un dogma no escrito en cuanto a eso: Si participas, tienes que ganar. Si sufres, tienes que pelear. Si estás derrotado, tienes que fingir.
Y aquí es cuando empiezan los problemas:
En ser un segundón.

La vida no te prepara, o mejor dicho, no está preparada para los que se conforman, para los que no luchan o para los que se demuestran más débiles.
La sociedad hace que tengamos que ser más y más en todo. Y eso nos hace vulnerables.
Porque te hace pensar ¿y si no puedo ser mejor que el otro? ¿y si no doy la talla? ¿y si no sirvo?.

Pues hoy quiero reivindicar ser un segundón.

¿Que problema hay? ni eres peor persona, ni se va a acabar el mundo.
 A mi, me gusta ganar (evidentemente, si no, no participas), a mi lo de "bueeeno lo importante era participar".... ¡¡de eso nada!! yo peleo y gruño si hace falta jajajaja.
Pero ¿que pasa si no gano? pues te cuento: sigues respirando, el día da paso a la noche y vuelve a amanecer. El mundo no se para porque no ganes y no es necesario que te flageles por ello.
Me gusta ganar, sí, pero me divierto, mucho y eso, al fin y al cabo (si no ganas), es lo que cuenta.

Y ¿qué pasa cuando no eres bueno en algo? tienes dos opciones:

•  La primera: es ensayar, entrenar y aprender hasta mejorar si es un deporte, un estudio o un trabajo.
• La segunda: se consciente de lo que puedes o no puedes hacer y actúa en consecuencia. Es decir, imaginemos que quiero jugar al baloncesto y dedicarme a ello. Como reto y sueño está muy bien y hay que intentar lograrlos, pero ahora, con mi metro y medio de altura..... pues oye, como que no lo veo, muy realista no es.

Y como último punto, ¿que problema hay en decir: "con esto no puedo"o "esto me supera"?

Para bien o para mal, yo siempre lo cuento toooodo. Las cosas buenas que me pasan y las malas. Con algunas puedo y otras se me hacen cuesta arriba. ¿y qué? ¿porqué no lo puedo decir?, ¿es pecado mortal? ¿me voy a convertir en estatua de sal? por lo visto es de débiles reconocer que no puedes más, por no hablar de llorarle a alguien.

Porque cuando le lloras a alguien te contesta: "No llores, no pasa nada" Ah coño! ¡dilo antes que me ahorro los pañuelos de papel! y yo aquí a lo tonto desperdiciando rimel (menos mal que el mío es waterproof). 

No diremos aquello de: "llorar es bueno, ensancha los pulmones" que tanto le he oído decir a la gente mayor, pero oye, sienta de muerte. Y te lo dice una experta.

No creo que sea más débil por moquear un rato, no creo que valga menos como persona por pedir ayuda y no creo que sea menos valiente por contarte mis problemas.

Para terminar, decir que no soy de frases motivadoras, soy bastante realista con la vida, veo la realidad, soy positiva y si algo no me gusta, intento darle la vuelta, pero hace tiempo vi un vídeo en internet de Odin Dupeyron y creo que se ajusta perfectamente a lo que quiero decir.

Te dejo el enlace, son 10 minutillos, haz el esfuerzo, creo que es una manera muy genuina de ver la vida que yo comparto.

Así que, haz las cosas con ganas, involúcrate todo lo que puedas y sobre todo, disfruta.